Encontrándonos en el Señor, esa es una afirmación bastante interesante si lo piensas bien, porque la realidad es que, no han sido una ni dos las ocasiones en las que he estado completamente perdido, sin rumbo, moviéndome mas no avanzando. Ya sabes, esos momentos en los que realmente importa muy poco lo que hagas porque sencillamente te sigues sintiendo como un fracaso, esos momentos en los que buscas en todas partes, pero no encuentras nada, principalmente porque ni siquiera sabes lo que deseas en primer lugar.
Bueno, para mi particularmente ha resultado toda una odisea poder llegar al punto en el que por fin entiendo la razón por la que tengo esos sentimientos, y es que la vida fuera del propósito eterno tiene precisamente ese sabor. Darme cuenta de ello, me puso en la posición en la que estoy ahora, pero la pregunta es ¿Cómo nos encontramos en el Señor?
- Para empezar, cuando hablo de encontrarnos en El, me refiero a llegar al entendimiento de que nuestra identidad es El y nuestro propósito de vida principal es precisamente dar gloria a su santo y bendito nombre.
¿Como logro encontrarme en el Señor¡
Después de entendido lo anterior, nace la pregunta más obvia, ¿Cómo logro eso? Tienes que hacerte a un lado, debes quitarte del rol protagónico en tu vida para dejar que El lo ocupe, cuando eso pase, (realidad que varía con cada individuo), las cosas automáticamente empezaran a cambiar para ti. Existe la posibilidad de que las situaciones se tornen aún mas grises de lo que ya estaban, pero no te preocupes, for the most part, eso es normal.
- Cada individuo antes de conocer a cristo es protagonista de su vida, lo cual tiene un significado diferente para cada uno, por ejemplo, en mi caso el protagonismo implica principalmente el deseo desmedido por la gloria, pero quizás en tu caso se ve más hacia las líneas del chisme, la mentira, el dinero, la fama etc.
Para atender esas cuestiones, es importante tomar medidas que vayan a favor de que podamos alcanzar el objetivo ulterior de conocer a profundidad al Padre, y lucir cada vez más como el Hijo. Estas podrían parecer medidas bastante básicas y conocidas por ti, pero por alguna razón y me incluyo, somos incapaces de aplicarlas para fines de poder sacarle si quiera un porcentaje mínimo de provecho.
- La Oración
- La Biblia
- Predicas
- Música *esta es opcional, pero a mí me ayudó mucho.
Cambiando de hábitos
La idea es poco a poco irnos desembarazando de los antiguos hábitos mientras los sustituimos con esta pequeña lista que acabamos de ver. Realizando un pequeño plan de integración divina en donde le damos un tiempo predeterminado durante el día a cada una de estas actividades.
En el pasado no tenías ningun problema con entregarte todo un fin de semana a una serie, o a las películas, pornografía, mentiras, deportes, juegos de azar, pasar tiempo con amigos o cualquier cosa que sea de tu interés particular.
- Como seguro abras notado, algunas de las actividades enlistadas anteriormente no son en si mismas un pecado o algo malo, pero cuando son realizadas en detrimento de nuestra relación con Dios y el tiempo que hemos de dedicarle a Él, automáticamente se convierten en áreas a las debemos prestarle la debida atención.
Tomate un espacio para cuestionarte acerca de cuanto tiempo le estas dedicando a cada una de esas actividades y cuanto te esta quedando para Dios, es muy sencillo
- 8 horas de trabajo
- 1 hora en el trafico
- 1 hora arreglándote
- 6 horas de sueño
- 3 horas de un partido
- 2 horas con los niños
- 2 horas con los amigos
- 1 hora con la esposa
Conclusión
Y la lista continua, cuando analizamos al detalle nuestra distribución horaria nos daremos cuenta de que no estamos dedicando ni el 20% de nuestro tiempo al Señor, lo que por defecto implica debe existir una intencionalidad de nuestra parte. Entiendo prudente que se tomen de forma puntual, un par de minutos al día para empezar, y luego puedas continuar agregando de cinco a diez minutos conforme te vayas acostumbrando y haciéndote a la idea de que tienes una nueva vida. La sumatoria de todos los factores va a derivar en que tarde o temprano te veas consumido por el poder del Santo Espíritu en tu vida, y por definición te encuentres en el señor