Limpiando mi circulo – 3 consideraciones

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Si me hubieras dicho que de las docenas de personas en mi círculo que considere amigos o por lo menos conocidos en mi época de secundaria y universidad, solo seguiría en contacto constante con una, probablemente no te creería, después de todo me considero alguien bastante leal y fiel a mis convicciones, pero ¿Que tan leal es o eran los otros? O en su defecto ¿Qué tanto provecho traían esas relaciones? Creo que hacernos preguntas como estas acerca de nuestro círculo, es bien importante, por eso quiero que evaluemos este tema partiendo de las siguientes premisas

No todo el que no puede estar en mi círculo es malo

Existe la percepción errada de que una persona que no nos conviene, no lo hace porque es intrínsecamente mala, y eso está muy lejos de la realidad. Lo cierto es que si lo vemos desde una perspectiva un poco más alta, nos daremos cuenta de que, el hecho de que seamos entes de propósito implica que todo lo que no está a favor de nuestro propósito no nos conviene, aunque eso en sí mismo no sea malo. 

Es mi parecer, que esa percepción errada es una de las causas por las que posteriormente nos resulta tan difícil dejar entrar a la misma persona cuando Dios la coloca en nuestras vidas, porque ahora si se encuentra en el propósito para nuestro circulo. 

“Porque alguien no te convenga hoy, no quiere decir que mañana no pueda ser de las personas más importantes de tu vida”. 

Si no me acerca a Dios, ¿A quien me acerca?

La biblia dice que nadie puede servir a dos señores, y aunque esto fue expresado en relación al dinero, igual puede ser aplicado a cualquier otra casa. Jesús mismo en mateo 12:30 dice lo siguiente:

“El que no está conmigo, está en mi contra; y el que no me ayuda a recoger la cosecha, la desparrama”

Lo mismo aplica para todos nosotros, si alguien no aporta a tu propósito te va a desviar de él. Esta verdad por sí sola, ha de ser suficiente para que evaluemos a absolutamente todo el mundo, hasta con el que pasamos palabras en el pasillo (quizás exagere un poco). Y es que,  la misión de nuestra existencia, es mucho más grande que cualquier relación amén de su naturaleza, y definitivamente mucho más grande que nosotros mismos. 

“El que no está a mi favor, está contra mí”

El círculo no se limpia para dejar un desorden 

Este título suena raro, pero permíteme una palabras para explicarlo. Gracias a nuestra naturaleza caída, tenemos una tendencia a rociar con una pizca de nuestra torpeza humana (sin ánimos de ser ofensivo), incluso aquellas cosas que Dios, ha predeterminado. 

Por ejemplo, 

Dios nos manda a limpiar nuestro círculo y en algunos casos, nos pide ser radicales al respecto.Nos dice:

— Ni siquiera expliques a nadie porque te saliste del grupo de whatsapp o porque no contestas las llamadas 

— Quiero que bloquees a esta persona y no vuelvas a tener ningún tipo de interacción con ella.

— De ahora en adelante, ya no frecuentas más este tipo de lugares. 

Pero, como nosotros somos más justos y sentimos más que Dios (sarcasmo), procedemos a explicarle a las personas el porqué de todo lo que estamos haciendo y cómo estamos siendo guiados por Dios para ello. ¿Sabes lo que termina pasando, cierto? Desastre total, sin hablar de que estás desobedeciendo a Dios, pero eso es material para otro post.

Conclusión

Tu círculo es tu escudo protector y cuando tienes gente que no debería estar en él, estas permitiendo enormes huecos en ese escudo. Dichos huecos luego serán utilizados por el enemigo para destruirte, y cuando por fin abras los ojos, puede ser un poco tarde. 

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